Autor: Adolfo Val
Ediciones UTEM (Universidad Tecnológica Metropolitana)
País: Chile
Año: 2025
Páginas: 60
Edición Digital
René Huyghe, el gran historiador francés, en su colosal obra El Arte y el Hombre, nos dice: […]Por el arte, lo que está en el alma toma forma, se hace una realidad visible; por el arte, la realidad visible, hasta aquí únicamente física, toma un sentido humano y adquiere un alma. Maravilloso y fecundo intercambio del que nace una tercera realidad, que es a la vez el hombre y el mundo, que participa de ambos y los une, llevándolos al mismo tiempo a un grado superior, el de la belleza.
Este fragmento me permite pensar este libro, La pintura artística con elementos residuales, en cuanto al valor de la obra de arte y en cuanto manifestación física de esa expresión sensible del alma.
Entendemos o queremos entender que el acto poético es la acción de expresar nuestro mundo interior con un lenguaje propio, como es el lenguaje del arte, que es tan propio y válido como el lenguaje jurídico, el económico, el político, el matemático, el coloquial. El lenguaje del arte es propio, cierto y verdadero, porque crea otra realidad, la realidad poética.
Pero esa realidad se construye con materiales reales, físicos, concretos.
He recordado este párrafo en El Arte y el Hombre, porque me inspira para reflexionar sobre el proceso que permite crear realidades poéticas que nos maravillan, de cómo una simple piedra o un vulgar ladrillo se puede convertir en la Basílica de San Pedro, en la Sagrada Familia de Barcelona o en las velas desplegadas del Opera House de Sydney; o unas aplicaciones más o menos ordenadas de color sobre un muro o una tela se pueden convertir en La Última Cena de Leonardo, o en Las Señoritas de Avignon de Picasso; o unas simples palabras, las mismas con las que hablo vulgar y cotidianamente, se convierten en poema, o cómo los mismos sonidos son una sinfonía, una marcha fúnebre o una canción de cuna.
La creación en el arte tiene que ver, entre otras cosas, con la capacidad del ser humano de captar la realidad, de observar el mundo que lo rodea, de establecer un proceso analógico y de crear algo nuevo a partir de lo existente. Es lo que entendemos por capacidad creativa en el arte, y es lo que convoca este libro.
El acto humano de crear consiste en transfigurar, es construir una realidad a partir de otra realidad, preexistente, inspiradora, motivadora que, al momento de inspirar, deja de ser; la creación en el arte da paso a otra realidad. Es importante detenerse un poco en este punto para precisar que la creación artística es fundamentalmente analógica, el artista crea a partir de la observación de realidades preexistentes. Porque es cierto, el arte es una cuestión de permanentes replanteamientos sobre el propio ser y su existencia en el mundo. Es un eterno repensar el mundo a través de un permanente rehacer.
Los Fusilamientos del Dos de Mayo de Francisco de Goya, el Guernica de Pablo Picasso, son inspiradas por algo contingente, que impactan al creador, que lo impulsa a crear para testimoniar con su mirada, con su capacidad conceptual y con su oficio, sus propios sentimientos respecto de ese acto contingente al resto de su propia sociedad. La invasión napoleónica y los excesos de la represión francesa son ciertos, como lo fue el bombardeo de la ciudad símbolo del pueblo vasco en la Guerra Civil española. En fin, la acción creadora, que conlleva la aparición de nuevos lenguajes de comunicación, visuales, orales y gestuales tiene que ver con la inspiración que ofrece la propia realidad. La capacidad creadora del ser humano no ha variado desde sus primeros inicios en la historia hasta ahora.
Crear es transfigurar. Y el acto de transfigurar no es otro que tener la asombrosa capacidad de observar al mundo que nos rodea, observar las expresiones de una persona, observar las actitudes de las personas, observar sus movimientos, sus ademanes. Es por, sobre todo, observarnos a nosotros mismos, desde la apariencia hasta lo más profundo. Esa capacidad de observación, que ha tenido el ser humano desde siempre, pasa por un proceso de análisis; es decir, me motiva a saber porqué es eso así y no de otra manera. En ese proceso de análisis opera un proceso maravilloso e inexplicable, abstraemos de esa realidad externa los elementos fundamentales que la definen, la precisan.
En otras palabras, sacamos de la realidad aquello que es lo esencial de ella. A eso le llamamos abstracción. Con la abstracción sintetizamos, captamos la esencia, le damos valor a aquello que es fundamental en esa realidad que nos inspiró. Lo que hizo el creador prehistórico y lo que hace el creador actual no es otra cosa que esto que ya hemos dicho: observa, analiza, abstrae, y mediante la abstracción, crea una nueva, distinta y diferente realidad. Crea una nueva realidad.
La obra creada, al estar inspirada por la esencia de la realidad, y al ser ella misma la proyección de esas esencias, se vuelve en símbolo, adquiere un sentido, alcanza un significado. Por eso, la obra creada refleja a su autor y es reflejo de su época. Representa al ser humano en cuanto a individuo y en cuanto a sociedad y expresa lo que es.
El ser humano expresa su mundo en estas creaciones llenas de significado, llenas de signos que debemos aprender, permanentemente a traducir, a interpretar, a reconocer.
La creatividad, tal como la vemos hoy, ha adquirido una fuerza de tal magnitud que ha llegado a ser más importante que la obra de arte en sí. Esto explica, por ejemplo, que muchas obras contemporáneas valoren más la capacidad creativa del individuo que la búsqueda de la belleza. En efecto, desde el siglo veinte y los primeros años de este siglo se manifiesta más por obras donde se resalta lo insólito, lo inesperado e incluso lo aberrante. Esto nos hace pensar que el tema de la creatividad y el arte están indisolublemente unidos, pero que el énfasis dado en los distintos tiempos históricos es diferente.
Así, podemos ver como el concepto arte y belleza de una época ha dado paso al concepto de arte y creatividad en la época actual. La pregunta es, entonces, ¿qué realidades quiere mostrarnos el arte de hoy? o ¿qué nos quiere decir el creador de hoy?
Pareciera que el artista se convierte, hoy, en creador sensorial inmediato, le asigna a su creación una finalidad: producir una entidad nueva, una obra en sí misma que no existe hasta el momento de su creación y que desaparece una vez realizada. Pareciera que el artista insufla en la materia una idea viva, la materia animada por la idea, que se convierte en un objeto autosuficiente, totalizador y efímero.
Esto no es nuevo, es parte del proceso histórico, desde amarrar pelos de animal a un trozo de madera, hoy un pincel, ahuecando una caña para estarcir la pintura, hoy una lata spray, amasando barro para crear cerámica, picando la piedra con piedra, hoy taladros y sierras eléctricas; el artista toma un material para convertirlo en un objeto artístico. El artista toma la materia y la convierte en otra cosa, le da un valor simbólico.
Y aquí entonces, se nos aparece una nueva mirada humana, propia de nuestra sociedad, que rescata lo desechado, que recupera lo que un día sirvió para otro afán. En una sociedad que mira el medio ambiente con otros ojos, la creación artística no puede quedar de lado de este caminar a la economía circular, al cuidado del medio ambiente, y como dice el autor por la importancia de crear de manera sostenible.
Las palabras de René Huyghe en El Arte y el Hombre, validan el trabajo de Adolfo Val y de este libro, La pintura artística con elementos residuales, no solo por el reconocer el valor de la materia, que es el fundamento sensorial de la obra de arte, sin la cual no se ve la pintura o la escultura, o la expresión corporal del actor o el sonido de la música o las letras de la lectura, sino que nos permite, como decíamos al inicio, reflexionar sobre el proceso que permite crear realidades poéticas que nos maravillan. Se valida, además, porque este trabajo es el resultado de vivencias y experimentaciones que hacen de esta obra un ejemplo de práctica educativa, paso a paso, sin apuro, y siguiendo al gran Miguel Ángel Buonarroti, dándole forma (vida) a la materia.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
Val, A. (2023). La pintura artística con elementos residuales (pintar puede ser muy entretenido y de bajo costo). Santiago de Chile: Ediciones UTEM. Recuperado de: https://editorial.utem.cl/publicaciones/la-pintura-artistica-con-elementos-residuales-pintar-puede-ser-muy-entretenido-y-de-bajo-costo/.